Mas allá de su optimismo contagiante, Natalia también es consciente que la presión de jugar en casa puede llegar a afectar a sus muchachas. En lo que respecta e ella, afirma no sentir nervios ni nada por el estilo. “ A mí como entrenadora no me preocupa la presión, pero tal vez a las chicas sí les pueda perjudicar, sobre todo porque jugamos en nuestro país.
Por ello creo necesario que un psicólogo debería apoyarnos en ese sentido. Lo he pedido, pero hasta ahora lo sigo esperando, pues considero que el trabajo de ese profesional representa un 50% más respecto al trabajo que yo estoy haciendo”.
Por otro lado, la popular “Doña Bárbara” cuando se le consultó sobre cuántos partidos más necesita su equipo para llegar afinado a su primer partido en el mundial, manifestó: “No se trata de la cantidad de partidos que disputemos, sino de la calidad de los rivales a los cuales nos enfrentemos. Una fuerte seguidilla de amistosos al final nos puede perjudicar, pues las jugadoras podrían llegar muy desgastadas. Lo importante es tener una buena planificación, esa es la clave”.
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